Cerramos 2022 con Orion y fusión.

Comenzando

Un nuevo año se termina. 2022 ha sido un año raro. Empezó con el pie cambiado después de los dos años precedentes y muchas dudas. En un año que ha tenido muchos cambios sociales la ciencia ha seguido avanzando.

El impulso de las tecnologías sanitarias y del teletrabajo ha seguido tirando del carro de la industria y la investigación este 2022 junto con los fondos públicos para la digitalización. Mientras, los proyectos fijados para estos años luchaban por cumplirse. A nivel de IoT, además del culebrón de Twitter, las compañías siguen su imparable lucha de nuevos modelos y nuevas tendencias. Los robots ahora pintan y escriben libros. Las comunicaciones cuánticas son más lejanas y complejas, aunque el desarrollo de algoritmos se haya frenado un poco en la carrera una vez lograda la supremacía cuántica.

Los grandes proyectos científico-tecnológicos siguen su curso mientras la exploración espacial vive su segunda juventud. Artemis I por fin despegó. En el tiempo de descuento. Y ha cerrado el año 2022 con un éxito para la NASA con el que sacar pecho ahora que tantos países están saliendo de nuestro planeta. Nuevos récords de navegación espacial para la nave Orion antes de que Artemis II vuelva a llevar pasajeros al «espacio profundo». Quedan muchos datos por analizar en esta misión que parece una fácil secuela, pero que implica tantas mejoras y cambios con respecto a los Apolo que casi es como empezar de nuevo. Si hacemos una comparación tecnológica, parece increíble. Como cuando pensamos que de pequeños íbamos diez en un coche contando con el maletero, y ahora un niño ocupa plaza y media con las medidas de seguridad.

Para misiones como esta la ESA ha seleccionado a su nueva plantilla de astronautas entre los que se encuentran los españoles Pablo Álvarez Fernández (León, 1988) y Sara García Alonso (León, 1989).

Y el telón definitivo a nivel científico para este 2022 lo ha dado la primera ignición con exceso de energía de NIF, National Ignition Facility. Los científicos del LLNL, Lawrence Livermore National Laboratory, de California han comunicado con una rueda de prensa y artículos en Nature y Science que han obtenido una ganancia positiva de energía mediante fusión nuclear. El anuncio, que ha sido acogido con suspicacia por la comunidad científica debido a la escasa ganancia, a la falta de verificación y algunas incógnitas no despejadas, es una buena noticia de cara al futuro. Aunque las tecnologías actuales están más preparadas para la fusión nuclear de «fuente» magnética como el ITER, pueden adaptarse a esta nueva «fuente» laser con un poco de tiempo. Por lo que ahora habrá que ver cual de los dos sistema será a la larga más eficiente y rentable en conjunto (esta nueva solución utiliza tritio que, aunque se puede generar, no está tan presente en la naturaleza como el deuterio empleado anteriormente).

Pero si los datos obtenidos por la nave Orion o si esta fusión laser adelantará a los electroimanes, son incógnitas que se resolverán como pronto en 2023 ya que al 2022 solo le quedan unos años de vida.

El nuevo año puede deparar nuevos hitos científicos apasionantes. Y estamos deseandocontarosloos.




Feliz Año a tod@s!!!!!!!!!!!!!!

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