Emilio Herrera Linares 1


Emilio Herrera
Emilio Herrera

Emilio Herrera nació el 13 de Septiembre de 1879 en el barrio de San Antón de Granada. Hijo de Emilio Herrera Ojeda, militar, y de Rita Linares Salanava. Pertenecía a una familia de clase media descendiente de Juan de Herrera, arquitecto y diseñador del monasterio de El Escorial para el rey Felipe II.

En un principio Herrera dirigió sus estudios hacia la carrera de arquitectura, pero a los diecisiete años cambia de decisión e ingresa en la Academia de Ingenieros de Guadalajara. En este periodo de su vida, entra en contacto con Pedro Vives Vich, director de la Academia y pionero en aerostática.

Al graduarse como teniente en 1903, Emilio Herrrera solicitó el traslado a la Escuela Práctica de Aerostación. En ella recibe instrucción sobre el manejo de aerostatos que le permiten participar en proyectos científicos, deportivos y militares en los primeros años del siglo XX. En 1909 contrae matrimonio con Irene Aguilera Cappa, con a que tendrá dos hijos.

Después de asistir como apoyo a las tropas en África con los aerostatos, Herrera se da cuenta de la necesidad de cortar el ancla a tierra y de que los aparatos fueran maniobrables. Consiguió que el ejército obtuviera varios dirigibles y pasó a dirigir la Sección de Globos Aerostáticos.

emlio herrera
Dirigibles en Cuatro Vientos

Emilio Herrera tenía claro que el dominio de los cielos iba a ser muy importante a nivel militar. Junto con su amigo Alfredo Duany comenzó a interesarse por los aviones de los hermanos Wright. En 1914 atraviesa volando el estrecho de Gibraltar con José Ortiz Echagüe, lo que le vale el nombramiento de gentilhombre por parte de Alfonso XIII, con quien llegaría a tener una gran amistad.

Durante esos años no dejó de profundizar en temas aeronáuticos. En 1915 compra hidroaviones para el ejército mientras intentaba montar una aerolínea privada con los dirigibles de Leonardo Torres Quevedo. La sociedad tardaba en realizarse, y al final Herrera se uniría a una empresa alemana que le aceptaría como comandante, y con la que pilotaría la mayor nave del momento, la Graf Zeppelin LZ 127.

En los años veinte se embarca en nuevos proyectos. Por un lado en el autogiro de Juan de la Cierva y por otro en el laboratorio de Aerodinámica de Cuatro Vientos (futuro Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, INTA).

En 1928, en plena guerra internacional por realizar el vuelo a ascensión libre a mayor altura, Benito Molas se sube al globo Hispania. A una altura superior a los 11000 metros sufre un shock y muere. Esto desastroso evento hizo que Emilio Herrera se diera cuenta de que los pilotos necesitaban un equipo adecuado que los protegiera. Comienza a trabajar en ello y finalmente en 1935 presenta un traje que llama escafandra estratonáutica.

traje de Emilio Herrera
Comparativa del traje de Emilio Herrera con uno de la NASA

Este nuevo traje constaba de tres capas para proteger el cuerpo de un descenso de temperatura hasta los -79ºC. También incorporaba una escafandra para garantizar la respiración de oxígeno por parte de los pilotos. Esta estaba equipada con un micrófono comunicador y con protección para rayos ultravioleta. Según los cálculos de Emilio Herrera, el traje debía mantener a salvo a los pilotos hasta alturas de 20 a 25 km.

Todo estaba listo para realizar las primeras pruebas a bordo, de nuevo, del globo Hispania en 1936. Pero el comienzo de la Guerra Civil trunca el proyecto.

Emilio Herrera, monárquico y amigo personal de Alfonso XIII, se había encontrado en un dilema cuando el Rey abdicó en 1931. Aunque en un principio viajó con el Rey al exilio, con la venia de este, regresa a España para jurar lealtad al gobierno vigente. La lealtad de Herrera por España, era más importante para el que la amistad. Por esa razón seguía en sus puestos civiles y militares cuando estalló la Guerra.

Su vida queda tremendamente marcada en este periodo. Como en otros momentos, Emilio Herrera permanece leal al gobierno por encima de todo. Esta decisión hace que pierda muchas amistades e influencia. En 1937 su segundo hijo, Emilio, muere en 1937 en el frente con 19 años y el grado de sargento de aviación. El mayor, José Herrera Petere, militante Comunista, militar y escritor, publica obras para alentar a las tropas y obtiene el Premio Nacional de Literatura en 1938.

El fin de la Guerra Civil obliga a Emilio Herrera a exiliarse a Francia donde seguirá con sus estudios científicos y sobre todo aeronauticos. Rechazó diversos puestos por honor y principios, como el que le ofreció la NASA para seguir con el desarrollo de la escafandra estratonáutica. Herrera pone como condición a su colaboración que se reconozca la autoría Española con la bandera en La Luna, a lo que la NASA se niega, dando por finalizadas las negociaciones. Años después, Neil Armstrong reconocería el precursor trabajo de Emilio Herrera entregando unas rocas lunares a su familia.

Se opuso al régimen franquista, y por ejemplo, dimitió de su puesto de consultor de la UNESCO sobre física nuclear al entrar España en la organización. Estos actos, y su fama de hombre recto, le llevaron a ser nombrado presidente de la república en el exilio. Intentó mantener la legitimidad republicana al Gobierno y el diálogo hasta que le sucedió Carlos Sánchez-Albornoz.

Finalmente falleció en casa de su hijo, también exiliado, en Ginebra, en 1967.

Emilio Herrera, aunque por mucho tiempo olvidado, está empezando a ser reconocido como el inventor del primer traje espacial. Se codeó con grandes científicos e ingenieros de su época, incluso entabló amistad con Albert Einstein en su visita a España. Dejó su sello en diversas instituciones aeroespaciales de nuestros días. Realizó varias patentes y descubrimientos científicos. Y su figura política y militar siempre fue respetada.



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