Hay sucesos mundiales, de esos que no dejan a nadie indiferente. La mayoría de ellos suelen estar relacionados con la tecnología o con muerte. Noticias como el ultimo lanzamiento del iPhone se cuelan en todas partes y hasta los llamados analfabetos digitales se enteran de sus nuevas características. El otro genero que se filtra en la sociedad como el agua es mucho más triste. Cuando una persona fallece, en ese momento, todo el mundo echa la vista atrás y ensalza los logros y borra las culpas.
Hay muchos logros que ensalzar y pocas culpas que borra en este caso. Siendo especialista en una materia tan esotérica como es la física del espacio y de las partículas, Hawking era posiblemente el físico más contrastado y con la voz más internacionalmente reconocida de los últimos tiempos. Estos días, en todos los medios, se ensalzará su figura. No solo por sus logros científicos. Sino también por su capacidad de sacrificio. Mucho más importante y sin la cual no hubiera podido vivir con su enfermedad y desarrollar su carrera. Una carrera y una vida que ha servido y servirá como modelo e inspiración.
Desde aquí solo pretendo tener un recuerdo sobre su persona, científico y luchador hasta el último día de su vida. Y pedir un minuto de silencio en su nombre.
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