Nuevas rectennas energéticas.

Rectennas flexibles

El día 28 de Enero salió publicada en la revista Nature un artículo sobre un nuevo tipo de rectennas, antenas rectificadoras o rectifying antenna. El articulo está firmado por varios autores, entre ellos alguno español ya que además del MIT, la nueva antena ha sido desarrollada en un conglomerado de Universidades como la Politécnica de Madrid o la Carlos III.

Los medios están recogiendo la noticia debido a esta presencia española, y la señalan como un nuevo tipo de antena que puede convertir las señales Wi-Fi en energía. Esta información es cierta, pero las rectennas de este tipo existen desde 1964, cuando William C. Brown logró que volara un pequeño avión con la energía creada por una de ellas.

La verdadera noticia no es que hayan creado una antena que es capaz de transformar las microondas en energía, sino que esta antena es flexible. En contra de las rectennas fabricadas hasta la fecha, que son rígidas.

¿Y es una ventaja? SI. Y mucho.

Una rectenna, físicamente, es un dipolo con un diodo Schottky en medio. Este diodo está colocado de forma que rectifica la corriente alterna inducida por las microondas en el dipolo. Los diodos Schottky son muy eficientes y veloces, lo que proporciona una corriente continua bastante estable que puede ser almacenada. Por lo tanto son baratas y fáciles de construir. Tienen altos porcentajes de eficiencia y se pueden adaptar a varios tipos de señales de entrada. Ya sean ópticas o de radio.

Las nuevas rectennas están construidas con disulfuro de molibdeno (MoS2), que pueden llegar a tener un grosor de solo tres átomos ya que es uno de los semiconductores más finos del mundo. Este grosor vuelve las antenas flexibles de forma que se pueden reducir y adaptar a la electrónica moderna. Y eso sí que es un gran logro.

Muchos de los problemas que se encuentran las nuevas tecnologías a nivel hardware es que cuando solo se pueden miniaturizar hasta un tamaño que soporte la carga de la batería necesaria. Si eliminamos estas cargas al poderlo dotar de energía de forma externa, la miniaturización crecería exponencialmente.

Otra gran ventaja es la de la posible creación de dispositivos médicos para el interior del cuerpo humano. Hasta la fecha estos dispositivos no se contemplaban por el riesgo de introducir baterías de litio en el organismo. Pero con este método de carga, si que podrían implantarse.

Aunque las rectennas de MoS2 presentadas solo tienen una eficiencia de entre el 30 y el 40%, las posibilidades microelectrónicas son las que dan verdadera importancia a la noticia. Y por eso puede ser el inicio de una pequeña revolución tecnológica. El tiempo lo dirá.

 

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