Starship-explosion!

Starship/Super Heavy agencia EFE

Todo acontecimiento espacial es un acontecimiento planetario. La expectación, los seguidores apasionados, los críticos… Todos contienen la respiración durante los minutos del lanzamiento, del amerizaje, del acoplamiento o desacoplamiento o del posicionamiento orbital. Eventos que ocurren una vez al año. (O ahora unas decenas por año.)

Miles de aviones despegan todos los días, miles aterrizan, repostajes aéreos, acoplamientos entre submarinos… Todos estos eventos ya están asimilados y no causan noticia si no ocurre una desgracia. Hemos llegado a este estado mediante la practica. Desde que los hermanos Wright realizaron su primer vuelo, miles y miles de millones se han gastado en prototipos y nuevos diseños, pruebas y más pruebas hasta lograr el estable sistema de transporte que la aviación es hoy en día.

Con los viajes espaciales esperamos llegar a un equivalente sistema de transporte planetario. Que la ciencia ficción deje de ser ficción.

Y para lograrlo hay que probar y probar.

Y en esas está SpaceX. Ya que parece que son los únicos capaces de soportar la presión que supone una explosión como la que sufrieron esta pasada semana. (La NASA con Artemis, para bien o para mal, depende del gobierno estadounidense, y aunque tiene asegurado el futuro, no deja de estar afectado de los altibajos de la política. Mientras que la ESA está centrada en programas de investigación y el resto de agencias es una incertidumbre.) Elon Musk, que tiene una tolerancia a las críticas infinita como nos ha demostrado con Twitter, está empeñado en llegar al espacio. Y digo al espacio, no a la Luna ni a Marte. Lo que SpaceX pretende es que lleguemos todos a salir de nuestro planeta de una forma asidua. Como un viaje intercontinental.

Prueba y error.

De todo se aprende.

Esta vez ha tocado error. O no tanto. El Starship que despegó (defectuosamente con 6 de los 33 propulsores apagados) el pasado día 20 de abril (el intento del 17 fue suspendido), tras unos cuatro minutos de vuelo, en la fase de desacople de los dos módulos, perdió el control, comenzó a virar y terminó (o lo terminaron) explotando. Pero el éxito o fracaso del lanzamiento no radicaba en realizar un viaje completo.

El Starship/Super Heavy es el cohete más nave más grande construido hasta la fecha. Uno de los pilares de la nueva era espacial. El primer sistema de transporte. REUTILIZABLE. No solo una lata que lanzar al espacio y esperar que vuelva como una bola en llamas.

Pero para conseguir que vuelva a aterrizar de una pieza en tierra, primero hay que hacer que aprenda a volar. Que era de lo que se trataba la prueba. Despegar, volar, desacoplarse, etc… paso a paso. Y recoger datos para iterar en estabilidad.

Prueba conseguida para el Starship.

Con triste final. Pero una fiesta de datos para analizar y sacar conclusiones. Muchos más que si no hubiera llegado a levantarse del suelo. Mucho aprendizaje que asimilar en los próximos meses.

Mientras, nos quedamos con el vídeo oficial de los test.

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