TRAPPIST-1 y los siete planetas

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Examinando sistemas


El Telescopio Pequeño para Planetas y Planetesimales en Tránsito, TRAPPIST (TRAnsiting Planets and PlanetesImals Small Telescope–South) está situado en el observatorio astronómico de La Silla en Chile. Es un telescopio reflector de 0,60m de diámetro de apertura controlado desde un laboratorio de la Universidad de Lieja, Bélgica.

Este “pequeño” telescopio está especializado en la búsqueda y el estudio de cometas y exoplanetas mediante la técnica del tránsito fotométrico[1]. Dentro de su zona de búsqueda se encuentra la estrella enana ultrafria 2MASS J23062928-0502285 o más conocida como TRAPPIST-1.

El análisis de los datos obtenidos por el TRAPPIST han concluido finalmente en la existencia de siete planetas que orbitan alrededor de la estrella (articulo). El conjunto se encuentra a 40 años luz de distancia en la región de la Constelación de Acuario. Los siete planetas se han denominado TRAPPIST-1b, c, d, e, f, g y h. Con las técnicas de medición y observación actuales, los científicos han supuesto que los planetas tienen las características similares a las de la Tierra.

Valores de las características de los siete planetas y comparación con algunos de los del Sistema Solar. (NASA/JPL-Caltech)

El sistema en su conjunto tiene las siguientes características:

Para empezar, al ser una estrella enana, su tamaño y masa son mucho menores que las de nuestro Sol, un 8-10%. Al ser pequeña, las órbitas de los planetas pasan mucho más cerca (menor radio de atracción gravitatoria). La zona habitable también está más cerca que en el Sistema Solar. Estas características del sistema hacen que los planetas estén muy cerca unos de otros y lo que en un primer estudio se consideró como un sistema de tres planetas al final, con la mejora de los sistemas de medición, ha quedado en siete.

Otra de las posibles consecuencias de la cercanía entre los planetas y la estrella es que muy probablemente estos tengan acoplamiento de marea, por lo que orbitarían como la Luna entorno a la Tierra, con una cara oculta. O en el caso de que los planetas tuvieran una órbita excéntrica, estarían acoplados a la rotación de la estrella como Mercurio.

Este sistema de TRAPPIST-1 también es particular, pues dado que es compacto, se ha podido aplicar la técnica TTV (Transit Timing Variations) para calcular la masa de los planetas. De esta forma sabemos que la mayoría son sistemas rocosos, no gaseosos, y que posiblemente contengan muchos de los materiales necesarios para la vida como la conocemos.

Ahora bien. Estamos hablando de una enana roja, cuya emisión de luz se encuentra en la zona del espectro de los rayos infrarrojos, invisibles al ojo humano. Esto quiere decir que la luz que llega a los planetas no la podríamos ver, estaríamos a oscuras. También se caracterizan por emitir Rayos X y otras partículas nocivas. Dependiendo de la edad de la estrella, cosa que no podemos saber por su lejanía, puede ser que haya perdido fuerza, haciendo que antes la zona habitable estuviera más lejos y que los planetas que ahora se encuentran en ella sean desiertos.

Todo esto son suposiciones realizadas sobre los datos recogidos por los telescopios. En la actualidad, 40 años luz es una distancia insalvable (las expectativas más lejanas son Próxima Centauri situada a 4,2 años luz), pero si que sitúa este sistema como un buen candidato para los telescopios del futuro como el James Webb.


Explicaciones:

  1. Tránsito fotométrico: Es una técnica de detección de planetas. Consiste en observar las estrellas durante un periodo largo de tiempo y recoger datos de su luminosidad. Cuando un planeta, que es un cuerpo celeste que no emite luz, pasa entre la estrella y la Tierra, parte de la luz que nos llega es tapada por el planeta como si se produjese un eclipse. Analizando la cantidad de luz «perdida» y el ciclo en que se produce, podemos calcular el tamaño de los planetas y la periodicidad de las órbitas.

Datos de los tránsitos de los planetas sobre TRAPPIST-1(NASA/JPL-Caltech)

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