Si tu primer ordenador corría bajo sistema operativo ms-dos, seguramente tendrás más de treinta años. En los años 90, Microsoft consiguió colocar su sistema operativo como sistema predeterminado en los PCs de todo el mundo después del éxito conseguido por las versiones Windows3.0 y sobre todo Windows3.1. Desde entonces, este sistema con interfaz gráfico de ventanas (GUI) nos ha acompañado en casi todos nuestros pinitos informáticos, haciendo a Microsoft un gigante dentro de las compañías tecnológicas.
A pesar de los continuos intentos de implantar Unix/Linux como sistemas operativos, el sistema de ventanas mucho más intuitivo de Windows siempre le ha dado ventaja ante el publico menos especializado. Las instrucciones por línea de comando no son siempre fáciles de recordar y si no las conoces, estas perdido. Por contra, casi siempre puedes encontrar una forma de llegar a tu destino navegando por el escritorio. Ese es el logro que ha hecho que aunque Windows sea el más odiado de todos los sistemas operativos, debido a la gran cantidad de errores y excepciones que se producen en el, sea también el más usado.
Windows y Microsoft. Microsoft y Windows. Una asociación irrompible.
¿Seguro?
Esa es la pregunta que se debió de hacer Satya Nadella, Director Ejecutivo de Microsof desde 2014, cuando acepto el puesto.
Cuando llegó al cargo, Nadella heredo un Microsof bastante golpeado por los fracasos de Windows8. El mismo Windows8 con el que la empresa quería barrer todas las dudas de si se debería eliminar Windows de los PCs como sistema operativo predeterminado frente a otras configuraciones más estables.
Windows8 en vez de cerrar el debate, generaba más dudas.
Con la llegada de Nadella se comenzó a trabajar en Windows10. Y siguiendo la norma no escrita de la casa por la cual una versión es bueno y otro mala desde WindowsXP, consiguieron sacar un sistema operativo bastante fiable y potente que ya se está imponiendo en casi todos los PCs tanto empresariales como personales.
Parecía que la brecha estaba sellada, era el momento de mirar hacia el futuro. ¿Windows12? ¿Que mejoras reales podía llevar? ¿Volvería a ser una versión mal gestionada?
Y Nadella debió de pensar. ¿Es verdaderamente necesario sacar una nueva versión? Es cierto que en los años anteriores, el desarrollo de las TI (Tecnologías de la Información) hacía necesario renovar el sistema operativo. Pero en la actualidad, ese desarrollo no está tan enfocado a las capacidades de los propios PCs, si no a la nube, los dispositivos móviles y la IA (Inteligencia Artificial). Entonces, ¿es realmente necesario cambiar?
La respuesta ha sido un NO contundente. Ha finales del mes de marzo la compañía informaba de sus nuevas líneas de trabajo. Una reorganización que deja claramente a Windows como herramienta de segundo plano. No existe un equipo de desarrollo propio. Las nuevas columnas sobre las que quiere construirse el futuro Microsof son la nube y la IA.
Microsof perdió claramente la batalla de los sistemas operativos para dispositivos móviles y esa línea quedaba descartada. Por lo que Azure pasa a ser el nuevo producto estrella de la compañía y se fomenta el desarrollo de las tecnologías dedicadas a la IA, así como a las colaboraciones entre plataformas para introducir aplicaciones Microsof en dispositivos con otros OS.
Nos quedan muchas batallas que lidiar con Windows. Pero tiene pinta de que el juego comercial se ha terminado y Windows10 permanecerá con nosotros, actualizándose cada vez que apagamos el ordenador, durante mucho tiempo. Siempre que los ordenadores cuánticos no lleguen a nuestras casas antes de lo esperado.
2018 es el año de linux en el escritorio.
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