Es la frase que estamos esperando todos desde que Brian Wang, el responsable de Next Big Future, el Mando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (Norad, en sus siglas en inglés), confirmara que Barry-1 estaba en posición.
El pasado agosto comentamos en este blog el proyecto de lanzar un nuevo satélite, el Barry-1, al espacio a bordo de un lanzador Falcon. El satélite no era un satélite normal, sino el banco de pruebas para un nuevo tipo de motores que desafía las Leyes de Newton. Uno motor de impulso cuántico.
En los laboratorios terrestres se había logrado obtener impulsos apreciables mediante pequeños motores de estas características. Por lo que el siguiente paso era probarlos en el espacio, donde no hay interferencias.
Y por eso Barry-1 está equipado con dos sistemas de propulsión independiente que deberían funcionar siguiendo estos principios. Propulsión sin empuje.
El lanzamiento se produjo en noviembre sin incidencias. Y después de casi tres meses se confirma que Barry-1 está listo para intentar desplazarse dentro de la orbita mediante impulsos cuánticos.
Desde el momento del apagado de los motores convencionales, los encargados del proyecto estiman que Barry-1 puede tardar entorno a un mes en producir el movimiento esperado en el caso de que el empuje sea máximo. Si solo se generara un 10% aproximado de dicho empuje, podría aumentar el periodo de espera a los dos o tres meses. Y si el empuje es solo residual se estima aproximadamente unos seis meses de recorrido.
Pero gracias a Norad y a su plataforma de control de satélites, podemos seguir el desplazamiento de Barry-1 desde la siguiente web y no tener que buscar todos los días las noticias de su desplazamiento en los medios.
Estamos todos deseando que el ensayo funcione y que sea el primer paso para el desarrollo de esas naves espaciales tan potentes que recorren los cielos de ciencia ficción.
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