Verano lunar para iniciar Artemisa-I

cohete

Ya hemos hablado en este blog de la nueva fiebre del espacio que ha llevado a varios países, y esta vez a varias compañías, a rescatar la exploración del espacio del baúl de los sueños rotos. En 2019, antes de la pandemia, vivimos un verano movido. En 2021 nos centramos en Marte. Y parece que este verano volvemos a La Luna.

El programa Apolo, cerrado para costear guerras y empresas más mundanas, fue reabierto con toques femeninos como Artemisa ante la presión de las compañías privadas lideradas por Elon Musk. Y al rebufo china como gran competidor y varios países han puesto a sus científicos a trabajar mirando al espacio. Y mientras unos se centran en nuestro vecino Marte, otros ambicionan volver a pisar La Luna y los viajes privados.

Por lo que los veranos, momento más oportuno para lanzar misiones espaciales por la posición relativa de las piezas del Sistema Solar, cada vez están más animados. Este año hasta seis países (India, Japón, Rusia, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos) tienen preparados lanzamientos con destino La Luna.

Infografía de NASA para Artemisa-I
Infografía de NASA para Artemisa-I

El más esperado es el lanzamiento de la primera misión del proyecto Artemisa o Artemisa-I. Los nuevos megacohete SLS y la cápsula Orión llevan retrasando su primera prueba real más de un año. Y aunque la fecha de lanzamiento actual está preparada para agosto, en cuestiones espaciales puede pasar de todo. El problema para ellos son las prisas. Con tanto retraso en empezar y tanto aplazamiento, el otro programa lunar con nombre de mujer y pinta de ser el sustituto en el ring de los hitos espaciales de Rusia, el Chang’e chino, les está sacando mucha ventaja.

Ya sea por la piratería como les acusa la NASA, o por que son muy buenos, lo cierto es que las cinco misiones chinas han sido un éxito. Y ya están preparando el terreno para construir un pequeño asentamiento en 2030. Es cierto que la viabilidad de los planes para la «colonización» de La Luna pasan por la cooperación internacional. Pero al final la inversión y las ganancias siempre van de la mano. Y si no solo hace falta mirar como SpaceX y Blue Moon se afanan por quemar etapas en la colonización espacial.

Queda mucho para que un asentamiento espacial estable sea realidad. Puede que ni nuestros nietos lo vean. Y pueden pasar muchas cosas estos años. Pero las primeras piedras de esos asentamientos se están depositando estos años. Y todos pugnan por ser los que más ponga. Por ver que cosechan de todas las promesas energéticas y minerales que nos ofrece el espacio.

Y por eso este verano, además de Artemisa-I, parten rumbo a La Luna estas misiones:

  • Pathfinder Lunar Orbiter, de Corea del Sur. KPLO: En su primera fase y en colaboración con la NASA, la Agencia Espacial Coreana topografiará la superficie para mapear el terreno y buscar yacimientos.
  • Chandrayaan-3 de la Agencia Espacial India volverá a intentar posar un rober lunar sin estrellarse. Después del fiasco de Chandrayaan-2 hace tres años, los indios mandarán esta misión conjunta de orbitador y módulo de aterrizaje estacionario para poder decir que han llegado y no que se han estrellado. ¡Esperemos que tengan suerte!
    ((( Misión aplazada al verano de 2023)))
  • Hakuto-R de la compañía japonesa iSpacey Rashid de Emiratos Arabes. La Agencia Espacial Japonesa, JAXA, en colaboración con NASA y utilizando cohetes Falcon de SpaceX pretende enviar este año dos rober lunares dentro de su Misión 1 (M1). Hakuro-R tiene más sello japonés, mientras que su pareja de baile emiratí del Centro Espacial Mohammed Bin Rashid (Mbrsc) será la primera misión con presencia árabe en La Luna después del éxito de Hope en Marte.

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