En algunos de los artículos publicados en este blog y dedicados a noticias actuales, me he permitido aliñar la información con un poco de opinión personal. Pero más bien enfocada a resumir o contrastar ideas, a recopilar información sobre un tema o a expresar si en el futuro pueden producir nuevos avances sobre una determinada línea de estudio.
En esta ocasión me voy a mojar un poco más. Pues creo que si no el artículo es difícil de explicar correctamente. Vamos allá.
Mientras escribo estas líneas nos encontramos al final de la Fase 1 de la desescalada del confinamiento. Este año 2020, además de ser el año de la Pandemia, en mi caso ya venía con muchos cambios, y si veía que iba a tener poco tiempo para bloggear, el covid me dejó sin nada. Pero como la nada absoluta no existe, hace unas semanas vi una noticia sobre una nueva Teoría del Todo.
Me la leí por encima y me pareció una idea rompedora, tanto que debía de dejarla en suspenso para ver, unos días después, las reacciones. Pasados los días, con la noticia prácticamente olvidada, volví a encontrármela. Y esta vez coincidió con un poco de tiempo para investigar. No mucho, pero el suficiente para hacerme una idea del debate «abierto».
Primero un poco de contexto.
Stephen Wolfram es un niño prodigio inglés que escribió a los 16 años su primer artículo científico sobre Física de partículas. Este le valió una plaza en la Universidad de Oxford en donde publicó un artículo sobre quarks muy citado. Se doctoró en Caltech con 20 años y se fue a trabajar a Princeton como otros grandes genios antes que él.
Pero en un momento de genialidad o locura deja una brillante carrear científica en Física teórica para crear su propia compañía software con la que lanzó el programa de cálculo científico Mathematica. No lo he usado nunca, a mi me tocó Matlab y Maple, pero parece que es el mejor amigo de un teórico.
Por lo que tenemos un brillante físico teórico que se gana la vida entre los bits de los programas informáticos.
Y solo se le podía ocurrir una teoría muy Matrix.
La idea está basada en la Teoría de grafos.
A muy muy groso modo, lo que Wolfram plantea es que un grafo simple, puede ir evolucionando de forma que se transforma en hipergrafos. Y con estos hipergrafos y un par de leyes de evolución, se pueden definir toda la Física conocida y la que no hemos alcanzado a comprender en la actualidad.
Uno de los puntos más sorprendentes de la teoría de Wolfram es que el tiempo no es una dimensión, sino que es intrínseco a la evolución de los grafos. Por lo que el espacio-tiempo continuo desaparece y deja paso a una especie de saltos de tiempo tan ínfimos que para el grado de percepción humana es continuo.
Y aunque parezca imposible representar las ecuaciones matemáticas con esto hipergrafos, por lo que me ha parecido entender, es la idea menos novedosa de toda su teoría.
Por lo tanto estamos ante unos grafos infinitamente pequeños que van evolucionando por saltos que son apreciativamente continuos y que crean estructuras complejas que son asimilables a las ecuaciones matemáticas. ¡Y encima describen toda la Física!
Pues sí. O eso dice Wolfram. La materia parece ser intrínseca a la evolución del hipergrafo y la gravedad, la relatividad, etc. se explican con dicha evolución.
Los temibles agujeros negros pasan a ser ramas que se separan del flujo y que se vuelven «invisibles» desde la nuestra rama. Las once dimensiones necesarias para describir la Teoría de cuerdas son autocontenidas en la propia estructura tridimensional del hipergrafo. Todos los misterios al alcance de la mano por obra y gracia de Wolfram. Un teórico «renegado».
Pero si profundizamos más… Parece ser que el autor y sus colaboradores ya expusieron esta idea hace unos años de manera más teórica. Y estos días lo que han hecho, en un libro bien gordito acompañado de artículos de casi 100 páginas y vídeos explicativos, ha sido exponer lo mismo sin profundizar más en las demostraciones ni las «pruebas». (Enlace a su web)
Por lo que el método empleado para la publicación, más propagandístico que científico, la escasa rigurosidad y demostración de las afirmaciones, y el poco avance entre la publicación de la teoría y de la nueva teoría, han hecho que la comunidad científica haya acogido mal una idea ya de por sí rompedora.
Y aquí va mi opinión.
Wolfram es un genio intelectualmente hablando. No son pocas las personas que pueden comprender la física de partículas a nivel de quarks y ser capaces de crear un complejo algorítmo en cualquiera de los lenguajes de programación actuales. Lo digo desde mi perspectiva de Licenciada en Físicas y programadora de profesión. Pero hay niveles de profundidad. Y él posee uno muy alto.
Y aunque la teoría que expone puede parecer más un intento de volver el universo un Matrix hipergráfico. Creo que es una idea que puede encajar. Al fin y al cavo, los algoritmos de programación son capaces de representar fielmente las ecuaciones más complejas. Es más, sin ellos y sus simulaciones de la realidad, los avances científicos actuales y futuros serían impensables.
En cuanto al tiempo. Bueno. ¿No hacen falta solo 24 fotogramas por segundo para que veamos las películas hechas por ordenador como si fueran imágenes reales? ¿Y no es cierto que muchos de los avances científicos realizados han sido gracias a la discretización?
¿Es quizás esta teoría un darle la vuelta a la tortilla?
Puede ser que, como el huevo y la gallina, en realidad los algoritmos que creamos en nuestros computadoras sean la recreación discreta de una recreación continua de un original discreto
Esa es la duda que me ha creado lo que he leído.
Es cierto que como a otros grandes genios, las formas han perdido a Wolfram. Pero creo que su teoría merece ser considerara, y puesta a prueba, pues veo difícil que se pueda demostrar inequívocamente. Pero, ¿no es la Teoría de la evolución una teoría y no una ley hasta que no se encuentren los restos de las especies que se quedaron por el camino? Y aún así, todos la aceptamos.
Por lo que, sí. Critiquemos a Wolfram por su puesta en escena y su falta de rigurosidad. Pero demos una oportunidad a este mundo al revés que nos plantea.
Dos de los análisis que he visto de la teoría de Wolfram:
– Artículo de Francis Villatoro
– Serie de vídeos de Javier Santaolalla