SLIM. El «Francotirador» japones girado en La Luna

Información de la página de JAXA

Otro país, y ya van cinco, que llega a La Luna. Pero claro, no vale con mandar una bandera metida en un globo hinchable y ver si no se rompe al llegar a la superficie. Para entrar en la categoría de país que ha llegado a buen puerto hay que alunizar de forma suave y no romper nada.

En general, dado que desde los Apolo las misiones no son tripuladas, los aterrizajes son programados antes del lanzamiento y monitorizados desde Tierra. Pero la latencia de las señales hace imposible la corrección de las trayectorias en tiempo real de forma remota. Por lo que en los segundos que dura un alunizaje el puesto de control solo puede coger aire y rezar para que la señal de un «sigo vivo». En caso de que no llege el mensaje, los módulos orbitales y los sistemas de observación lunar entran en juego para descubrir que ha pasado.

En estos últimos seis meses hemos tenido ejemplos de todo lo que puede pasar cuando intentas llegar a La Luna. El crater de Luna-25 (Rusia). La victoria de Chandrayaan-3 (India), que le convertía en el cuarto país en alunizar. El intento fallido de la misión privada Peregrino de la compañía Astrobotic, que hace unos días terminó en el Pacífico debido a varios problemas. Y el más reciente alunizaje de SLIM (Smart Lander for Investigating Moon) que pone a Japón como quinto residente lunar.

Con peros.

La misión de la agencia espacial japonesa (JAXA), para destacar ya que es el quinto, decidió complicar más lo complicado. Los alunizajes actuales se planean sobre una superficie plana, más o menos despejada y todo lo grande posible para tener un gran margen de error en la aproximación. En cabio el aterrizador japones de SLIM estaba diseñado para alunizar en una pendiente de 15 grados y en un área de 100 metros del objetivo. El mote de Francotirador es por esa precisión en el alunizaje con respecto a la zona objetivo.

SLIM se aproximaba a la superficie mientras en el centro de control empezaban a llenar los pulmones. Los robots LEV-1 y LEV-2 (Lunar Excursion Vehicles) se desplegaban del módulo principal y comenzaba la arriesgada maniobra de alunizaje. El módulo debía girar 90 grados sobre su eje para terminar de forma horizontal el proceso.

Fases del alunizaje según JAXA

Pero tras la primera señal algo no encajaba. El suspense rodeaba la celebración y JAXA termino parando la retransmisión mientras se analizaba la situación. LEV-1, capaz de desplazarse a saltos como un saltamontes, establecía comunicaciones con las antenas de la Red del Espacio Profundo de la NASA en Madrid. De LEV-2, capaz de rodar y de cambiar de forma, no se sabía nada.

Tras varias horas de tensión, JAXA anunciaba que el módulo había alunizado suavemente sobre la superficie, pero que debido a un problema desconocido, la orientación no era la correcta. El módulo se encuentra girado de forma que los paneles solares que deberían recargar sus baterías se encuentran en sombra. Y por lo tanto el sistema no podrá recargarse una vez se consuma la batería.

El módulo ha sido desconectado desde el centro de control mientras se estudia la posibilidad de una solución o a la espera de que la rotación lunar posibilite una zona de luz para recargar las baterías. Mientras tanto, los dos robots permanecen mudos ya que su sistema de comunicaciones necesita del módulo principal para transmitir. Por lo que si no se consigue recargar de alguna forma las baterías, toda la misión quedará en un buen intento.

Sabor agridulce para los japoneses, que en una apuesta arriesgada se han quedado un poco descuadrados. Pero la experiencia acumulada seguramente servirá para mejorar la misión LUPEX que están preparando junto a India. Y pueden estar orgullosos de plantar la quinta bandera en La Luna.




Información sobre SLIM de la página de JAXA.



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