Hace poco, hablando en términos de Física, Frank Wilczek postulaba un estado de la materia inusual. Un estado en el que los cristales en vez de presentar una simetría estructural espacial, presentaban una simetría temporal. Esto quiere decir que cada cierto tiempo, la estructura vuelve a ser la misma. Un bucle temporal.
Corría el 2012 y muchos pusieron el grito en el cielo, pues esta afirmación rompía con las leyes de la Termodinámica. El gran pilar de la Física de los últimos tiempos. Pero otros acogieron con ilusión la idea. En 2016 se publicaron los primeros resultados de laboratorio. Los cristales de tiempo empezaban a tomar cuerpo.
Ahora, un equipo de la Universidad de Granada, junto con sus compañeros de la Universidad de Tübingen en Alemania, han publicado un estudio con el que aseguran haber encontrado transiciones naturales con las que obtener estos cristales de tiempo.
Gracias al potente superordenador PROTEUS, perteneciente al Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional de la Universidad de Granada, se han realizado cientos de simulaciones. En ellas se ha analizado las transiciones de fase dinámicas que se producen en las fluctuaciones raras de muchos sistemas físicos. En muchos de los casos se ha observado que estas transiciones rompen las simetrías de traslación en el tiempo.
Estas transiciones de fase dinámicas o DPT se producen de forma natural cuando se fuerza al sistema a realizar una transición rara. Los resultados pueden observarse por ejemplo en el espacio de trayectorias de una corriente de partículas. Con un análisis espectral de estos resultados, se puede determinar una relación unívoca entre los DPT y los cristales de tiempo (articulo).
Esta nueva y «natural» manera de obtener estos raros estados abre una puerta a su obtención fuera de los laboratorios. Desde que se concibieron estas estructuras se ha planteado la posibilidad de utilizarlas como base para los ordenadores cuánticos. Si es posible lograrlo utilizando procesos naturales, será mucho más atractivo económica y tecnológicamente hablando.
